A medio camino hacia la Agenda 2030: así lideran emprendedores e inversores el desarrollo sostenible

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas son el horizonte común que debe definir las estrategias de transformación de la economía para crecer en clave sostenible. Esta hoja de ruta internacional recibe un apoyo fundamental de parte del emprendimiento y la inversión, que exploramos a fondo en el reciente Open Talks organizado por BBVA Open Innovation.

Corría el año 2015 y la cada vez más innegable realidad del cambio climático y las desigualdades llevó a la comunidad internacional a definir una hoja de ruta efectiva hacia un futuro mejor. La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la llamada Agenda 2030, con la que definía 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para guiar nuestros pasos y, además, la fecha límite para alcanzarlos.

Han transcurrido más de siete años desde entonces, lo que significa que estamos llegando al ecuador de esta cuenta atrás. La pandemia supuso un duro golpe para los progresos logrados en varios ODS, pero no todo son malas noticias: la innovación, clave para solucionar los desafíos económicos, sociales y medioambientales, ha permitido a las industrias de alta tecnología disfrutar de una mayor resiliencia frente a la crisis. La inversión internacional también se ha recuperado a niveles prepandémicos, alcanzando los 1,58 billones de dólares, y aquella destinada a sectores relevantes para cumplir los ODS en los países en desarrollo (como las energías renovables) aumentó un 70% a lo largo de 2021. Los acuerdos de financiación de proyectos internacionales en este ámbito sumaron 1.262 proyectos el año pasado, y su valor alcanzó los 656.000 millones de dólares.

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La consecución de la Agenda 2030 es una meta que involucra de manera fundamental a los actores del ecosistema emprendedor, tanto creadores de proyectos como inversores. Tras la pasada edición sobre el impacto económico y social del horizonte 2030, el reciente Open Talks  de BBVA Open Innovation, Economías en transformación para asegurar el futuro, ha reunido a expertos y líderes de ‘startups’ e inversión para reflexionar sobre cómo impulsar el desarrollo sostenible.

Las ‘startups’, en primera línea del cambio

Miles de empresas emergentes en todo el mundo contribuyen con su granito de arena a alcanzar los ODS, logrando cambios a pequeña escala, pero significativos. Por ejemplo, más de 120.000 personas en comunidades remotas ya disfrutan de luz en sus hogares gracias al trabajo de la ‘startup’ mexicana IluMéxico, que ofrece soluciones de energía solar para viviendas rurales sin acceso a electricidad. Un ejemplo claro de cómo el emprendimiento puede conjugar inclusión y sostenibilidad para lograr una transformación real: «Tenemos que cambiar la forma en la que consumimos y generamos energía, ya que estamos generando un impacto extremadamente negativo en el planeta», afirma Manuel Wiechers, CEO de la compañía. «Buscamos promover las energías renovables, y también hacerlo desde las comunidades. Una de las injusticias más grandes del cambio climático es la desigualdad, y para nosotros es muy lindo poder trabajar desde estas poblaciones más vulnerables para dar ejemplo y que pueda tener un efecto multiplicador».

Open Talks: Economías en transformación para asegurar el futuro

Además de desarrollar soluciones sostenibles, el emprendimiento puede jugar un rol importante a la hora de promover la adopción de criterios ESG en otras empresas: «Las ‘startups’ aceleran y cambian los estándares de la industria, y cuando operan con un objetivo social, estos cambios pueden ser radicales», reflexiona Juan Pablo Larenas, director de Impacto y Comunidad de Betterfly. Este unicornio chileno (empresa que ha recaudado 1.000 millones de dólares o más antes de salir a bolsa) promueve hábitos saludables que se transforman en beneficios económicos y donaciones sociales. «Queríamos dar solución a la falta de protección financiera, los problemas de salud mental y física y la crisis de propósito», explica. Además de contribuir al ODS 3 (Salud y bienestar), trabajan con fundaciones que combaten la deforestación, el hambre cero o la pobreza. «Pero la contribución más importante que queremos hacer es inspirar a otras empresas a que cambien su visión y pongan en el centro el propósito social y a las personas», afirma Larenas.

"Las 'startups' pueden cambiar los estándares de la industria de manera radical"

La inversión, motor de la innovación sostenible

Naciones Unidas calcula que será necesaria una inversión de entre 5 y 7 billones de dólares anuales para alcanzar los ODS en el 2030, especialmente en los países en desarrollo, donde la financiación debería llegar a los 4 billones por año según las últimas estimaciones. Y aunque tanto la Ayuda Oficial al Desarrollo como la inversión extranjera directa (especialmente en los países desarrollados) aumentaron en 2021, la brecha de financiación para alcanzar la Agenda 2030 se estima en 2,5 billones de dólares anuales.

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Por otro lado, la consecución de los ODS supondría interesantes beneficios económicos para el sector privado: las estimaciones apuntan a que podría abrir oportunidades de mercado por valor de 12 billones de dólares para el 2030. E invertir en desarrollo sostenible ofrece aún más ventajas: dar impulso a empresas emergentes con soluciones alineadas con los ODS «es una combinación de aprendizaje y de negocio», explica Victoria Mozos, del área de inversiones en fondos de capital riesgo en sostenibilidad de BBVA. Su objetivo pasa por «hacer llegar las innovaciones a nuestras áreas de negocio y de riesgo con el objetivo de que conozcan cuáles son sus ‘unit economics’ y puedan empezar a financiar y apoyar cuanto antes esas nuevas tecnologías».

La entidad contribuye a la descarbonización de su cartera de clientes en varias industrias intensivas en emisiones de CO2 y se ha comprometido a dejar de financiar a empresas del carbón. BBVA también ha destinado 550 millones de euros a apoyar iniciativas de crecimiento inclusivo entre 2021 y 2025, otro de los aspectos fundamentales de la Agenda 2030 plasmado en el ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico). Además, ha aumentado recientemente su objetivo de financiación sostenible a los 300.000 millones de euros hasta 2025.

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BBVA cuenta asimismo con una potente iniciativa de inversión de capital de riesgo para contribuir al desarrollo de ‘startups’ en fases más tempranas, que una vez adquieren madurez pasan a recibir también apoyo de iniciativas como BBVA Spark (unidad destinada a ayudar a escalar a empresas de alto crecimiento). «Somos conscientes de que es necesaria una mayor innovación e inversión en tecnologías para descarbonizar el planeta», afirma Victoria Mozos. Este apoyo, que se canaliza a través de fondos de inversión especializados, ya ha cristalizado en colaboraciones con Hy24, el mayor fondo de infraestructuras de hidrógeno verde del mundo; Fifth Wall, enfocado a la descarbonización del sector inmobiliario; y Lowercarbon, impulsor de iniciativas contra el cambio climático. Mozos detalla: «Preferimos ir de la mano de expertos y de fondos especializados. Eso nos da mucho más conocimiento y acceso a nuevas tecnologías y a poder generar negocio».

"Es necesaria una mayor innovación e inversión en tecnologías para descarbonizar el planeta"

Una declaración de intenciones y un llamado a la acción

La apuesta por los ODS desde el emprendimiento y la inversión tiene un gran potencial, pero también importantes escollos que salvar. «Nuestro gran reto es ser más conscientes de los retos que enfrentamos, e impulsar la colaboración entre los sectores privados y público y la sociedad», reflexiona Victoria Mozos. Manuel Wiechers, de IluMéxico, coincide en la importancia de esa colaboración, aunque matiza: «Los que están en posiciones de toma de decisiones y de mayor influencia, también deben hacer algo más radical». En esta misma línea, Juan Pablo Larenas, de Betterfly, recuerda que «el ecosistema emprendedor no son solo los emprendedores, sino también los demás actores, como el sector financiero, el Estado, los consumidores o la academia, que juegan un rol igual de importante. Sin ellos, es imposible que crezca la innovación social».

Para alcanzar las metas definidas en la Agenda 2030, la economía y la sociedad tienen que transformarse en profundidad. Sumarse a la transición no solo es cuestión de conciencia responsable, sino también de supervivencia. El ecosistema emprendedor está llamado a jugar un rol determinante en este futuro al que aspiramos, con CEO e inversores trabajando cada día para integrar la sostenibilidad en el ADN de su negocio.

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