Acercarse a las últimas tendencias tecnológicas, reforzar su mentalidad financiera, aplicar metodologías de innovación y potenciar las habilidades comunicativas: la lista de deberes de los emprendedores se actualiza para guiar el nuevo rumbo de las ‘startups’.
“Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”. La Real Academia Española ya indica en su definición que emprender no es una aventura sencilla. Tener una idea es solo el comienzo: el emprendedor debe contar con las habilidades necesarias para conseguir que ese germen crezca y dé frutos, adaptándose de forma continua a un terreno movedizo.
La crisis del coronavirus ha sido un fuerte golpe para los emprendedores. El 35% de las empresas en fase de creación paralizaron sus planes durante el estado de alarma, según un informe del Observatorio del Emprendimiento de España. Por su parte, la crisis está afectando duramente a ocho de cada diez emprendedores en América Latina, de acuerdo a un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo.
Adquirir nuevos conocimientos y fortalecer ciertas habilidades ayudará a que los emprendedores puedan hacer que su proyecto reverdezca. Expertos en emprendimiento de América Latina que han participado en el InnovaHome Festival, una serie de eventos virtuales de emprendimiento e innovación organizados por BBVA Open Innovation, diseccionan esas destrezas.
Las habilidades tecnológicas y digitales, la alfabetización en datos, el pensamiento crítico, la creatividad y la innovación serán aún más necesarios en el mundo poscoronavirus, según un informe elaborado por el Global Entrepreneurship Monitor. Pero ¿en qué medida necesita un emprendedor dominar las nuevas tecnologías? “Tiene que conocer las tendencias digitales que habilitan la transformación de su negocio, al menos de forma conceptual, para acompañar a sus equipos”, afirma Iván Juscamaita, director de Innovación de AmbideXtro, una empresa que apoya a las compañías en sus procesos de cambio. A la hora de liderar su proyecto, este experto considera relevante que el emprendedor tenga conocimientos de análisis de datos para “encontrar la información, procesarla y tomar decisiones de negocio sobre las necesidades de clientes a los que se quiere llegar, mercados potenciales, insights [conocimientos] que se deben analizar para realizar experimentos, etc.”
La digitalización de los propios clientes hace que los emprendedores deban impulsar su negocio ‘online’ y cuidar su escaparate virtual. “El ‘marketing’ digital les ayuda a ser más autónomos para iniciar la investigación de usuarios y las pruebas de plataformas y audiencias para ver cómo funciona su producto”, señala Alejandro Ferreira, Head of Business Development en la plataforma educativa Crehana, que ofrece más de 500 cursos sobre habilidades como emprendimiento, liderazgo, innovación, diseño o ‘marketing’ digital para formar a sus 3,2 millones de usuarios. A juicio de Ferreira, “las destrezas que necesitan los emprendedores están ligadas al sentido de urgencia” actual y la formación ‘online’ puede ayudarles a conseguirlas.
Reforzar la mentalidad financiera también es una obligación del emprendedor en momentos de incertidumbre. Un análisis de la escuela de negocios ESADE indica que tener la capacidad de aumentar la planificación financiera y realizar reevaluaciones y reajustes es fundamental. “A veces el emprendedor se obsesiona con su tecnología, pero en esta coyuntura debe estar revisando al milímetro sus cuentas y tener un músculo comercial disciplinado”, afirma Juscamaita.
El 41% de las empresas en fase de creación ha decidido reorientar su modelo de negocio en el futuro por el impacto de la pandemia, según el citado informe del Observatorio del Emprendimiento en España. Ya sea para comenzar su camino o para tomar otro, los emprendedores pueden hacer uso de metodologías de innovación, como las que ya utilizan los empleados de BBVA.
‘Design thinking’, destinada a generar prototipos alineando las necesidades de los clientes con la tecnología existente y la estrategia comercial para crear valor; ‘agile’, basada en el desarrollo de un proyecto con plazos de entrega reducidos (‘sprints’) para realizar mejoras continuas; y ‘lean startup’, que promueve la validación de modelos de negocio antes de implementarlos, son algunas de las más destacadas. La formación no basta, como apunta Juscamaita: “Ningún marco de experimentación sirve ‘per se’ para innovar, sino saber interpretarlo y aplicarlo correctamente para generar valor”.
También hay estrategias basadas en que más vale una imagen que mil palabras. Es el caso de ‘visual thinking‘, que ayuda a plasmar diferentes procesos mediante dibujos y formas sencillas. “Estamos acostumbrados a que la información nos llegue de forma visual, pero cuando los emprendedores están empezando su propio negocio, a veces lo dejan de lado”, indica Ari Álvarez, consultora del estudio de diseño Visual Storitellink, que ayuda a las compañías a mejorar su comunicación visual.
Las herramientas de ‘visual thinking‘ pueden ser útiles para los emprendedores en diferentes etapas, según detallan Álvarez y Francisco Morlett, responsable de estrategia de Visual Storitellink: “Visualizar el problema rápidamente para solucionarlo rápidamente”, trabajar el modelo de negocio, alinear a los equipos en las reuniones virtuales de forma más eficiente o documentar gráficamente una presentación para generar impacto son algunos ejemplos de ello. En este vídeo se muestran con detalle esas aplicaciones:
El emprendedor también debe entrenar sus ‘soft skills‘ (habilidades blandas o competencias sociales), especialmente las comunicativas, para conseguir sus objetivos. Algunos objetivos son:
“El emprendedor no necesita saber de todo, pero sí saber todo lo que necesita para unirse con otras personas y cumplir su visión“, concluye Ferreira. Para ello y en estos tiempos, la formación continua es imprescindible. Aprender, al igual que emprender, es una carrera de fondo.