La misión de BBVA Open Innovation es incorporar la innovación del amplio ecosistema para atender las necesidades de las distintas unidades de negocio del banco. En este artículo, Marta Viñas Sánchez, Open Innovation Senior Manager, explica cómo el programa «Internal Collider» de BBVA convierte la visión en realidad.
No queremos una colaboración con las ‘startups’ porque sí; es importante que cualquier colaboración se derive de una clara oportunidad para que la ‘startup’ apoye a BBVA en la resolución de un desafío comercial o estratégico específico. Así que primero tenemos que identificar esas oportunidades. Lo hacemos invitando a cada unidad de negocio del banco a sugerir oportunidades en base a sus necesidades. El año pasado se identificaron 485 oportunidades de esta manera.
Implementamos un proceso de filtrado riguroso de varias etapas para garantizar que el tiempo y la energía del banco se empleen trabajando en las oportunidades que son más importantes estratégicamente y más factibles.
En primer lugar, las oportunidades se priorizan en función de la magnitud y la urgencia de la necesidad de la unidad de negocio que las identificó. También influye cuál de las oportunidades se alinea más estrechamente con los proyectos estratégicos de BBVA en todo el banco que son de mayor importancia para este a nivel corporativo. Después, las oportunidades se priorizan de acuerdo con su potencial entre mercados: algo que puede beneficiar al banco y a sus clientes en más de un territorio es más probable que pase el corte.
La siguiente etapa de filtrado es comprobar la viabilidad de las oportunidades y garantizar que no se superponen con los proyectos existentes que están llevando a cabo los equipos internos, por ejemplo, arquitectura de soluciones o riesgo. Una vez hecho este filtrado, las oportunidades que salen como prioridades principales se presentan de nuevo a las unidades de negocio relevantes: de las 491 oportunidades identificadas el año pasado, solo 39 llegaron a esta etapa. Únicamente en este punto, BBVA comienza a emparejar ‘startups’ con oportunidades.
BBVA cuenta con una red de ojeadores que trabajan para identificar ‘startups’ potencialmente relevantes. Algunos de ellos son personas especializadas dentro del ecosistema de ‘startups’ en diferentes mercados y, por otro lado, también tenemos estrechas relaciones con una serie de incubadoras, aceleradoras y otros centros de innovación que hacen recomendaciones y nos remiten ‘startups’ prometedoras, entre otros, F6S, Finnovista, Early Metrics o 500 Startups.
Las ‘startups’ que nos recomienda la red de ojeadores se filtran inicialmente por sus capacidades: ¿qué ‘startups’ podrían tener la tecnología, la experiencia y las competencias necesarias para crear soluciones que aborden oportunidades específicas? Las ‘startups’ más relevantes son examinadas y analizadas por las propias unidades de negocio, antes de ser presentadas en el Connection Festival.
Aquí es donde las diferentes unidades de negocio llegan a profundizar en las capacidades de las ‘startups’, para elegir lo mejor con lo que quieren colaborar en el abordaje de oportunidades.
Durante dos o tres semanas, hasta cinco ‘startups’ tendrán sesiones multimedia de “pitching” con los líderes de las unidades de negocio relevantes para vender su negocio y sus ideas para abordar una oportunidad específica, y para hacer y responder preguntas. Después, las unidades de negocio tienen dos días para decidir si darán el siguiente paso y comenzarán a enmarcar una colaboración con una ‘startup’ en particular. Si eligen una ‘startup’, continúan la conversación para empezar a definir una idea para un proyecto piloto o de prueba de concepto. En este punto, el equipo de Internal Collider también alinea los proyectos con los que se están creando y acelerando a través del programa Fast Track.
Fast Track es un proceso de varias etapas diseñado para acelerar las colaboraciones hacia un resultado exitoso. Comienza con la fase de especificación: ¿qué información se necesita para definir un proyecto? A continuación, el proyecto entra en la fase de definición: ¿cómo debería ser el proyecto? Luego se revisan los recursos que están disponibles para implementar el proyecto, antes la etapa de implementación analiza el marco y la hoja de ruta del proyecto puestos en marcha y finalmente, en la fase de ejecución, se lleva a cabo el proyecto.
BBVA está perfeccionando este proceso, buscando aportar una mayor coherencia a las expectativas en diferentes mercados y unidades de negocio en lo que respecta a lo que quieren y necesitan saber sobre una ‘startup’ antes de empezar a enmarcar un piloto o prueba de concepto.
Volviendo a la primera pregunta, no queremos colaborar con las ‘startups’ porque sí. Por supuesto, en la medida de lo posible queremos que estas “colisiones” tengan resultados positivos para BBVA en cuanto a los productos y servicios que podemos ofrecer a nuestros clientes. Pero también es algo más que eso: se trata de ser un catalizador proactivo y de apoyo para los ecosistemas ‘fintech’ de todo el mundo, ya sea en mercados establecidos o en otros donde la revolución ‘fintech’ apenas está empezando a despegar.
Sabemos que algunos de los cambios que se necesitan en los servicios bancarios y financieros no pueden lograrse solo a través de los bancos; es por eso que necesitamos ecosistemas florecientes de ‘startups’ en todo el mundo dedicados a abordar desafíos específicos. Y construir esas comunidades requiere algo más que dinero: se trata de construir redes de apoyo, reunir a las personas y mostrar que los grandes actores del mercado están abiertos a ayudar a desarrollar y adoptar nuevas ideas. Con 429 colisiones actualmente en curso, además de la amplia actividad de innovación abierta a través de Open Talent, Open Spaces y Open Marketplace, eso es lo que estamos tratando de lograr.