Dentro del mercado se pueden encontrar vías de financiación alternativas a las tradicionales. Entre ellas figuran modelos de financiación participativa, como el ‘crowdfunding’, el ‘equity crowdfunding’ o el ‘crowdlending’. Estas tres soluciones se basan en las aportaciones de terceros y pueden ser de utilidad de cara a conseguir los primeros fondos de un proyecto, pero entre las tres existen diferencias que conviene conocer.
La búsqueda de financiación es uno de los grandes retos a los que deben enfrentarse los emprendedores. Dentro del mercado, se pueden encontrar múltiples alternativas. Algunas son de carácter más tradicional, como los ‘business angels’ (inversores privados que poseen conocimientos sobre el mundo empresarial) o el ‘venture debt’ (préstamo que combina deuda con capital e impide que la participación accionarial de los emprendedores disminuya significativamente). Pero otras se alejan del sector bancario, y aprovechan las ventajas de la tecnología para captar fondos. Este es el caso del ‘crowdfunding’, el ‘equity crowdfunding’ y ‘crowdlending’, tres fórmulas de financiación colectiva o participativa que han surgido en los últimos años y que pueden ser de gran ayuda para los emprendedores que buscan iniciarse en el mundo empresarial.
El ‘crowdfunding’, también conocido en español por el término micromecenazgo, es una fórmula de financiación colectiva y colaborativa en la que un conjunto de personas aporta pequeñas cantidades de capital para materializar un proyecto. Estas aportaciones pueden realizarse de forma altruista, sin esperar recompensa, o a cambio de una contraprestación no monetaria, como una copia del producto que se quiere poner a la venta. La concesión de estas recompensas, no obstante, dependerá del éxito del proyecto, ya que solo se otorgarán si este es financiado en su totalidad.
El ‘crowdfunding’ suele emplearse en las primeras fases de vida de una startup, es decir, en las etapas pre-semilla y semilla. Los orígenes de este método financiero se suelen fijar en 1997, año en el que el grupo de rock británico Marillion pidió, a través de su lista de correo electrónico, dinero a sus fans para financiar su gira por Estados Unidos. El éxito de esta iniciativa, con la que lograron recaudar 60.000 dólares, llevó al productor de música Brian Camelio a fundar en 2001 ArtistShare, la primera plataforma de ‘crowdfunding’ de la historia. Aun así, el término como tal no empezó a utilizarse hasta 2006, año en el que el emprendedor Michael Sullivan lo acuñó por primera vez en su blog personal.
Desde entonces, han surgido múltiples plataformas de ‘crowdfunding’ en las que los emprendedores pueden presentar sus proyectos para conseguir fondos, como Kickstarter, Verkami o Ulule. A escala global, está previsto que el mercado global de ‘crowdfunding’ supere los 15.000 millones de dólares (unos 13.700 millones de euros) en este 2023 y que, de cara a 2027, alcance los 27.000 millones (unos 24.000 millones de euros). Compañías como Oculus VR, Peloton o PopSockets son algunas de las que se han beneficiado de este modelo de financiación.
El ‘crowdlending’ es otro método de financiación participativa con el que los emprendedores pueden conseguir fondos para sus proyectos gracias a las aportaciones de terceros. Esta alternativa funciona de manera semejante a un préstamo bancario, ya que los emprendedores están obligados a devolver el dinero prestado, así como una serie de intereses, dentro de un plazo pactado previamente, independientemente del éxito que alcancen con el proyecto.
Los proyectos financiados mediante ‘crowdlending’ se gestionan a través de plataformas especializadas, las cuales se encargan de analizar la fiabilidad de las empresas y proyectos que albergan para reducir los riesgos de impago. Este modelo financiero tiene sus orígenes en 2005, año en el que vio la luz Zopa, la primera plataforma que ofrecía esta alternativa.
Desde entonces, han surgido otras plataformas que ofrecen esta solución, como ECrowd!, StockCrowd o Mintos. Además, a escala global, el mercado global de ‘crowdlending’ alcanzó los 5.000 millones de dólares (4.500 millones de euros) en 2022, y está previsto que entre 2023 y 2030 experimente un CAGR (tasa de crecimiento anual compuesta) de más del 20%.
Además del ‘crowdfunding’ y el ‘crowdlending’, existe otro modelo de financiación participativa que también puede resultar de interés para los emprendedores: el ‘equity crowdfunding’. Esta fórmula financiera también se basa en las aportaciones de terceros, pero cuenta con la particularidad de que cada una de las personas que apuesta por el proyecto se convierten en inversores.
En concreto, esta vía de financiación ofrece a los inversores participaciones en la empresa que deciden financiar, lo que los convierte en propietarios directos de la compañía. Estos inversores no obtienen una recompensa de forma directa, sino que obtienen los beneficios en función de la rentabilidad que alcance la empresa, por lo que el retorno de la inversión no está garantizado. Dozen Investments, Fundeen o Capitall Cell son algunas de las plataformas que ofrecen este modelo financiero, del que ya se han beneficiado empresas como Heura Foods, Vicio o 51trips.
Aunque la esencia del ‘crowdfunding’, el ‘crowlending’ y el ‘equity crowdfunding’ sea la financiación participativa, entre estas fórmulas existen importantes diferencias que los emprendedores deben conocer:
Tanto el ‘crowdfunding’ como el ‘crowdlending’ o el ‘equity crowdfunding’ son dos fórmulas de financiación atractivas que pueden ayudar a los emprendedores a encontrar los fondos que necesitan para iniciar su aventura emprendedora. De cara a evaluar la mejor opción de financiación para su startup, no obstante, es recomendable que los emprendedores analicen todas las opciones disponibles en el mercado.
En este marco, BBVA Spark ofrece alternativas como el ‘venture debt’ o los ‘growth loans’ (préstamos que se ofrecen en las fases avanzadas de una startup para impulsar su expansión) con los que podrán conseguir los recursos que necesitan para su negocio. Conocer las diferencias entre las distintas fórmulas financieras será clave de cara a elegir la opción más conveniente para cada proyecto empresarial.