Gracias a su ubicación estratégica, al tamaño de su mercado y a su idioma, México ha pisado el acelerador del emprendimiento en los últimos años. Como capital del país, Ciudad de México alberga gran parte de estas ‘startups’, e incluso algunos unicornios. Entre estas empresas emergentes, el ‘fintech’ ha despegado como uno de los sectores más prometedores para los emprendedores por el alto grado de penetración de los teléfonos inteligentes y de la conectividad.
La Plaza de la Constitución de Ciudad de México es el punto neurálgico de esta atrayente ciudad. Más conocida como el Zócalo, a su alrededor se concentran algunos de los edificios más emblemáticos de esta megalópolis. Del mismo modo, esta ciudad también congrega a las ‘startups’ más innovadoras del país, que buscan resolver algunos de los retos a los que se enfrenta América Latina. Su ecosistema emprendedor es el segundo en relevancia de la región y el número 50 en el ‘ranking’ global, de acuerdo con StartupBlink.
No se trata solo de la capital de México. El país entero, situado entre Estados Unidos y Centroamérica, se erige como enclave emprendedor dentro de América Latina, hasta el punto de que “los emprendedores de Centro y Sudamérica, con mucha frecuencia, deben demostrar que su modelo de negocio es escalable en México para recibir inversión incluso de segundas rondas”, indica Juana Ramírez, presidenta de la Asociación de Emprendedores de México, que pone el ejemplo de las ‘startups’ Cornershop o Rappi. De hecho, su proximidad al gigante norteamericano y a Silicon Valley son otros de los factores que se apuntan al explicar el crecimiento emprendedor de este país.
Emprendedores del Centro Nacional de Apoyo a la Pequeña y Mediana Empresa (CENAPYME) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señala los laboratorios de desarrollo tecnológico de las universidades o la gran cantidad de egresados como algunas de las características que convierten a Ciudad de México en un mercado atractivo.
Con una pirámide poblacional compuesta por capas jóvenes, estas instituciones educativas aprovechan para fomentar el espíritu emprendedor en el país. Tal es el caso de CENAPYME, que ofrece servicios de capacitación, asesoría, consultoría e incubación, y del Instituto Tecnológico de Monterrey, que también acompaña en la creación y el desarrollo de empresas.
En este epicentro del emprendimiento destacan las ‘startups’ del sector ‘fintech’, que han detectado un importante nicho de negocio y una necesidad social en la que impactar positivamente: mejorar la inclusión financiera. Con una población de casi 130 millones de personas, 9 de los cuales viven en Ciudad de México, tan solo el 47% de los adultos posee una cuenta en un banco o institución financiera regulada en el país, según el informe ‘Radar Fintech e Incumbentes de 2021’, publicado por Finnovista.
El impulso de la digitalización es una condición necesaria para labrar un terreno fértil en el que las empresas emergentes basadas en tecnología puedan germinar y crecer. La creación de la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) en Ciudad de México, cuyo objetivo es mejorar los servicios gubernamentales a través de la innovación y la tecnología, supone un paso al frente. Algunas de sus acciones son la instalación de servicios de wifi gratuitos o la simplificación de trámites administrativos. Asimismo, la capital mexicana ha sido elegida por Bloomberg para recibir subvenciones que aceleren su transformación digital.
¿Cómo se relacionan digitalización y emprendimiento? “El grado de penetración de los ‘smartphones’ y la conectividad son mayores en México frente a la mayoría de países de América Latina, lo que ha favorecido el crecimiento más rápido de los negocios basados en tecnología, como la entrega de última milla o la digitalización bancaria”, explica Ramírez, presidenta de ASEM.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), los hogares con conexión a internet pasaron de ser el 39,2% en 2015 al 60,6% en 2020. Asimismo, los usuarios de internet de seis años o más aumentaron del 57,4% al 72% en el mismo periodo.
Aunque las empresas ‘fintech’ se encuentran en alza en toda América Latina, los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú y México) reúnen a casi la mitad del total. De hecho, en México se incrementaron un 16% respecto al año anterior. Las inversiones también corroboran este apogeo: entre 2014 y 2020, los servicios financieros fueron una de las industrias en las que más se invirtió, según la Asociación Mexicana de Capital Privado. Tal y como especifica Ernesto Calero, director general de Fintech México, los segmentos más relevantes son “la vertical de préstamos y la de medios de pago y transferencias”.
Las ‘fintech’ mexicanas se concentran principalmente en la capital: de acuerdo con un estudio de la firma Legal Paradox, Ciudad de México reúne a más del 75% del total, una cifra similar al 70% que apunta el informe de Finnovista.
La baja penetración de la bancarización y la oferta de crédito al consumo poco sofisticada son otras dos razones que indica el estudio del mercado de las ‘fintech’ en México del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) para justificar este fenómeno.
“La inclusión financiera es uno de los grandes retos en México, ya sea en segmentos entre empresas o entre empresa y consumidor”, explica Gerry Giacomán, cofundador y CEO de Clara, ‘startup’ que provee una solución de gestión de gasto corporativo para empresas en Latinoamérica, eliminando procesos burocráticos. “Por eso, quienes ofrecemos servicios financieros hemos recibido importantes rondas de inversión, porque atendemos a un mercado que estaba muy desaprovechado con una alta demanda”, justifica.
La aprobación de la Ley para regular las instituciones de tecnología financiera en 2018, que resultó pionera en América Latina, también ha influido en el auge del sector. “Convirtió a México en un mercado muy atractivo para emprendedores locales y globales, así como para los fondos de capital de riesgo”, argumenta Calero, quien no obstante subraya la importancia de continuar trabajando “con las autoridades financieras para definir y hacer más transparentes algunos criterios de la regulación”. También para “seguir avanzando en esquemas como ‘open finance’ o ‘Banking as a Service’ (BaaS), con el objetivo de actualizar la Ley Fintech y lograr revigorizar el atractivo que brindó su publicación en 2018 y fomentar la innovación, la competencia y la inclusión financiera”.
Fruto de este apogeo, los unicornios (empresas valoradas en más de 1.000 millones de dólares) han empezado a formar un selecto club en México. La capital es sede de cinco de ellos, cuatro de ellos del ámbito ‘fintech’, lo que demuestra la consolidación del emprendimiento en Ciudad de México.
Kavak, una empresa de compraventa de coches de segunda mano, se convirtió en el primer unicornio tras ser valorada en más de 1.150 millones de dólares en otoño de 2020. Pero en este podio no faltan las ‘fintech’. La primera ‘startup’ del sector en alcanzar esta categoría fue Bitso, una empresa de intercambio de criptomonedas, tras ser valorada en 2.200 millones de dólares. Lo logró en mayo de 2021.
Después, los éxitos mexicanos no pararon de sucederse. Un mes después, se unieron al listado Clip, con su tecnología de procesamiento de pagos; en septiembre, Konfío, encaminada a la financiación y herramientas de pago, cobro y gestión de empresas; y, al cierre del año, Clara, que facilita acceso a tarjetas de crédito corporativas a través de tecnología.
El nacimiento de unicornios refleja cómo el ecosistema emprendedor ha alcanzado cierto grado de maduración y cómo las soluciones tecnológicas prometen continuar siendo uno de los sectores más boyantes del país. Ciudad de México es la plaza central de esta floración y, desde el Zócalo, presume de su característico potencial emprendedor en la región y en el resto del mundo.