El ecosistema emprendedor de Uruguay se beneficia de ventajas fiscales y apoyo institucional, factores clave para mantener y potenciar la tendencia de crecimiento al alza de un mercado que está logrando diversificarse, despuntar en ‘fintech’ y romper con la dependencia histórica de sus países vecinos. Pese a las limitaciones de su tamaño, los emprendedores de Montevideo convierten la dimensión de su ecosistema en una fortaleza para, unidos, mirar al exterior.
Montevideo, la capital de Uruguay, fue fundada como una plaza fuerte en el siglo XIX. Con el tiempo, las robustas murallas se han mantenido como metáfora característica del desarrollo empresarial en el país: firme y estable. Frente a la adversidad, se manifiesta la ‘garra charrúa’. La expresión se dio a conocer internacionalmente con el ‘Maracanazo’, la mítica victoria futbolística con la que Uruguay venció a Brasil y se proclamó campeón del mundo en 1950. Mientras tanto, a nivel financiero, la situación era la inversa. Durante el siglo XX, el país más grande de América Latina tenía, junto a Argentina, el control de los mercados uruguayos. En los últimos años, en actitud ‘garra charrúa’, es decir, superando grandes obstáculos, las instituciones y empresas uruguayas han trabajado para romper esta dependencia de los países circundantes.
En cuanto al ecosistema emprendedor, aunque su ritmo de desarrollo ha sido más lento que el de otros mercados de la región, Uruguay se encuentra en una situación mucho más favorable en la actualidad. Montevideo ocupa el sexto puesto entre las capitales más emprendedoras de Latinoamérica, según el ‘ranking’ de Startup Blink, por detrás de Lima, Buenos Aires, Bogotá, Ciudad de México y São Paulo, capitales retratadas por BBVA Open Innovation en artículos anteriores.
Dos de las cualidades del ecosistema de emprendimiento uruguayo son la estabilidad y el constante crecimiento, gracias al apoyo del sector público que lo ha impulsado en los últimos años, tal y como recoge la Agencia Nacional de Desarrollo de Uruguay (ANDE), una organización gubernamental enfocada en el emprendimiento y las pequeñas empresas. «El ecosistema emprendedor siempre ha ido en continuo crecimiento y sin grandes sobresaltos», explica Amalia Quirici, gerenta general de ANDE. «Además, el ecosistema, tradicionalmente dedicado al sector agropecuario, se ha ido diversificando hacia otros, como el ‘fintech'».
Quirici también pone en valor la importancia para el ecosistema que supuso la conversión de la ‘startup fintech’ D-Local en el primer unicornio uruguayo en 2020, y que posteriormente salió a la bolsa de Wall Street. Otras empresas de la capital uruguaya también han cerrado grandes rondas este año y se están erigiendo como referentes en diversos sectores. Entre ellas, la tecnológica Nocnoc, GeneXus, dedicada al desarrollo ‘software’ o la ‘fintech’ Datanomik.
Precisamente el sector financiero está experimentando un auge en el país, de acuerdo con Sofía Lanza, ‘chief banking officer’ en la ‘startup’ Astropay, que ha desarrollado un sistema de pagos, y miembro de la Cámara Uruguaya de Fintech. «Los mercados financieros en América Latina no funcionan igual que en Europa: había una necesidad de desarrollo del sistema ‘fintech’ y Uruguay está aprovechando esa oportunidad», detalla Lanza. Amalia Quirici, la gerente de ANDE, considera que los casos de éxito uruguayos son muy positivos de cara a «incentivar el desarrollo del ecosistema emprendedor en el país». Los consejos de aquellas ‘startups’ que han triunfado y escalado son muy valorados entre la comunidad emprendedora. Como decía el escritor y periodista montevideano Eduardo Galeano, «para ser capaces de decir, primero tenemos que escuchar».
Con 3,5 millones de habitantes, Uruguay es un país pequeño que concentra en Montevideo gran parte de su actividad empresarial. Martín Naor, fundador y CEO de la ‘startup fintech’ Bankingly, que tiene por objetivo el impulsar los canales digitales de las entidades financieras, considera que su dimensión juega a favor de los emprendedores: «Uruguay tiene un mercado pequeño, pero altamente cualificado y con buenos recursos. El tamaño hace que tengamos una altísima vocación de globalidad», destaca.
El tamaño del ecosistema también facilita la interconexión entre las ‘startups’. «Hay una filosofía de querer devolver al país lo que el país les dio», explica Ximena Camaño, gerenta de innovación y emprendimiento en la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), dependiente del Gobierno de Uruguay.
Esa comunidad de innovación está además bien coordinada. La gerenta de ANII lo explica así: «Cada corporación nueva no intenta sobreponerse a otras que existen, sino aportar algo diferente». Amalia Quirici de ANDE coincide y cree que además es un entorno atractivo para los que vienen de fuera: «En Uruguay siempre decimos que nos conocemos todos y el entorno es amigable para quien llega y quiere vincularse».
El talento uruguayo reconocido internacionalmente no es la única virtud del país del mate y el asado. «Tenemos el sistema de puertos libres y zonas francas que dan muchas facilidades tributarias y atraen a las empresas», comenta Quirici, de ANDE. El puerto de Montevideo, como otros puertos uruguayos, permite la libre circulación de mercancías sin exigencia de autorizaciones ni trámites formales, algo que explica que el país sea la puerta de entrada natural para el MERCOSUR (Mercado Común del Sur). Por otro lado, las zonas francas son áreas en las que se pueden desarrollar actividades industriales o comerciales en un marco legal favorable a nivel fiscal. Sofía Lanza, de Astropay, también destaca el régimen de incentivos fiscales para las inversión en el país, como pueden ser el de «las zonas francas, el tratamiento especial en la exportación de servicios de ‘software’ o simplemente el régimen de trading»
Además de la baja carga impositiva, el PIB per cápita en Uruguay es de más de 17.000 dólares, según el Banco Mundial, superior al de Colombia, México o Argentina, un contexto favorable al emprendimiento. Además, más del 80% de los hogares están conectados a Internet, un factor que demuestra el grado de digitalización de la población y favorece el mencionado crecimiento de la tecnología financiera. Las entidades financieras dan respuesta a esta realidad, entre ellas BBVA Uruguay, que lanzó la primera cuenta sueldo 100% digital hace unos meses.
Tanto las ‘startups’ en general como las ‘fintech’ en particular cuentan con apoyo gubernamental en Uruguay, según Quirici, de ANDE, y Camaño, de ANII. En este sentido, Sofía Lanza, explica que en Uruguay «toda política que se realiza sobre el mundo emprendedor se desarrolla en conjunto con los emprendedores».
De hecho, el ecosistema emprendedor uruguayo ha participado en el desarrollo de políticas públicas como la Ley de Emprendimientos, que promueve la innovación y posiciona a la Red Uruguay Emprendedor como la voz del del ‘hub’. Esta ley también recoge la figura de las sociedades anónimas simplificadas que, según detalla Quirici, «es una forma societaria que admite rápidamente la generación de capital o la salida de capital».
La gerenta de ANDE también vaticina un futuro Montevideo «más cosmopolita y diverso en un ecosistema que va a seguir creciendo». De la misma forma, Camaño considera que se está realizando un esfuerzo, público y privado, «para que el crecimiento no sea esporádico». Las murallas originales de Montevideo ya no existen en el mundo globalizado. Sin embargo, la seguridad que ofrecían a los habitantes o visitantes que decidían cobijarse en la ciudad, todavía sigue viva. A pesar de su tamaño y de su situación por detrás de los grandes ‘hubs’, el ecosistema emprendedor de Montevideo ocupa una pieza, cada vez más importante, en el mapa innovador de la región.