Por qué la gestión de riesgos financieros es vital en tiempos de incertidumbre

Anticipación y protección. Son las dos palabras clave para entender la importancia de la gestión de riesgos financieros, especialmente en un entorno de mercado plagado de incertidumbre y volatilidad. Es imposible eliminar todas las amenazas, pero se pueden desarrollar estrategias de gestión y mitigación para actuar con rapidez y resistir mejor ante los desafíos.

Cualquier compañía del ecosistema emprendedor tiene entre sus principales preocupaciones todos esos eventos que pueden poner en riesgo su estabilidad financiera. Identificar, evaluar y responder a los riesgos es un proceso que estará presente en todo el ciclo del proyecto empresarial. El riesgo financiero está vinculado a la incertidumbre por el rendimiento sobre una inversión debida a los cambios del sector en el que se opera, a la imposibilidad de devolución del capital por una de las partes y a la inestabilidad de los mercados financieros.

¿Qué son los riesgos financieros?

Los riesgos financieros se refieren a las posibles pérdidas que una empresa pueda enfrentar como resultado de la volatilidad y la incertidumbre en los mercados financieros y la economía. Estos riesgos están asociados a la exposición a fluctuaciones de precios, tipos de interés, tipos de cambio o cualquier otro factor que afecte al valor y las obligaciones de los activos financieros.

Por otro lado, los riesgos financieros también pueden originarse en la propia actividad de la empresa y en la toma de decisiones. En ese caso, se trata de riesgos operacionales y de gestión; derivados de malas prácticas, errores humanos, problemas en los procesos internos, falta de planificación y supervisión y falta de transparencia y comunicación.

Por tanto, la gestión de riesgos financieros es un proceso integral que implica identificar, evaluar y controlar los riesgos asociados con las actividades financieras de la organización. El objetivo principal es minimizar las pérdidas potenciales y optimizar las oportunidades de ganancia, un proceso esencial para mantener la estabilidad y la solidez financiera de una empresa.

Este procedimiento también es un elemento clave en el acceso a financiación, un tema fundamental para el ecosistema startup. Los inversores y prestamistas suelen evaluar la gestión de riesgos de un emprendimiento antes de invertir o dar financiación. Una gestión de riesgos sólida garantizará la confianza del inversor y facilitará el acceso al capital.

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Tipos de riesgos financieros

Gestionar los riesgos implica implementar políticas, procedimientos y controles internos; además de capacitar adecuadamente a las plantillas, realizar una supervisión constante y fomentar una cultura empresarial que tenga estos elementos en cuenta. Además, es esencial contar con mecanismos de detección temprana y respuesta rápida para abordar cualquier riesgo que se materialice y minimizar su impacto. Pero el primer paso es conocer los riesgos financieros más comunes:

Riesgo de mercado

Surge ante pérdidas en el valor y la posición de un activo por la fluctuación del mercado y está vinculado a las incertidumbres propias del sistema financiero. A su vez existen varios tipos de riesgos de mercado:

  • Riesgo cambiario. El riesgo asociado a las fluctuaciones en los tipos de cambio que afectan a los activos, pasivos o ingresos en monedas extranjeras.
  • Riesgo de tasas de interés. La exposición a pérdidas por los cambios en los tipos de interés que afectan al valor de los instrumentos de deuda.
  • Riesgo de precio. La posibilidad de pérdida debido a cambios adversos en los precios de activos financieros (acciones, bonos, productos básicos, etc.).

Riesgo crediticio

Tiene que ver con la incapacidad de una de las partes de pagar la deuda contraída. Puede referirse al riesgo de incumplimiento de que un prestatario o emisor de deuda no cumpla con sus obligaciones de pago de intereses o principal. También incluye la posibilidad de que una contraparte no cumpla con sus compromisos en una transacción financiera.

Riesgo de liquidez

Se refiere a la capacidad que se tiene para pagar las obligaciones financieras. Puede aparecer ante la falta de fondos para satisfacer las necesidades operativas o de inversión, cuando se tiene capital pero no hay suficiente liquidez o cuando hay dificultades para vender activos rápidamente sin incurrir en pérdidas significativas y, por tanto, no hay dinero suficiente para cubrir los gastos.

Riesgo operacional

Tiene lugar cuando las pérdidas financieras derivan de la mala gestión, la falta de controles internos o de capacitación del personal, fallos tecnológicos o errores humanos que incurren en resultados no deseados.

Riesgo legal y normativo

Está relacionado con la posibilidad de incurrir en litigios, sanciones regulatorias o cualquier consecuencia legal adversa. También surge cuando hay exposición a pérdidas como consecuencia de cambios legislativos y nuevas regulaciones que afectan a la operativa del negocio.

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 La gestión de riesgos financieros

En un contexto económico volátil, los emprendedores deben vigilar más que nunca todos estos riesgos. Gestionarlos y mitigarlos de manera efectiva ayudará a mantener la estabilidad financiera y proteger el negocio. Para ello se deben implementar estrategias y controles adecuados, diversificar carteras, usar instrumentos de cobertura y cumplir con las regulaciones financieras aplicables. Aquí se detallan algunos componentes clave de la gestión de riesgos financieros:

  • Identificación de riesgos. Consiste en identificar y comprender los riesgos a los que está expuesta una empresa en sus operaciones financieras. Estos riesgos pueden incluir riesgos de mercado, crédito, liquidez, operacionales, legales y de reputación.
  • Evaluación de riesgos. Una vez identificados, se evalúa su probabilidad de ocurrencia y su impacto en la empresa. Esto ayuda a priorizar los riesgos y a determinar la cantidad de recursos que deben asignarse para mitigarlos.
  • Mitigación y control de riesgos. Se implementan estrategias y controles para reducir la exposición a los riesgos identificados. Estas estrategias pueden incluir diversificación de cartera, cobertura de riesgos, uso de instrumentos financieros derivados, políticas y procedimientos internos, entre otros.
  • Monitorización y revisión continua. Es fundamental seguir de cerca los riesgos y su evolución a lo largo del tiempo, ya que fluctúan constantemente debido a factores económicos, cambios en la industria, regulaciones y otras variables externas al negocio. Por eso es crucial revisar y actualizar regularmente las estrategias de gestión de riesgos.

Algunas de las técnicas utilizadas en la gestión de riesgos financieros incluyen el uso de herramientas de gestión que incorporen tecnología y, cada vez más, inteligencia artificial con técnicas de analítica avanzadas debido a su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos de manera rápida y precisa e identificar patrones complejos.

Acceder y analizar la información sobre el mercado y el sector de actividad principal es otro paso primordial para mitigar los riesgos, pues permitirá tomar decisiones con mayor precisión. Anticiparse con estrategias de gestión de riesgos y elaborar planes de contingencia ayudará a estar preparados ante cualquier incidente, además de que permitirá ganar ventaja sobre la competencia.

Las estrategias de gestión de riesgos financieros no buscan solo identificar los peligros a los que se expone el negocio. Deben poder cuantificar dichos riesgos y predecir su impacto en un proceso continuo que genere respuestas de manera transversal en la empresa.

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