La gestión de tesorería es el procedimiento fundamental para administrar la liquidez de una compañía. Mediante este proceso se monitorizan los flujos de caja, lo que permite reducir los costes y optimizar los recursos financieros para lograr los objetivos empresariales al tiempo que se minimiza la exposición al riesgo.
La gestión de tesorería de una empresa abarca el conjunto de actividades y procesos que involucran el manejo, monitoreo y control de los flujos de efectivo y otros instrumentos financieros dentro de la organización. El objetivo principal de la gestión de tesorería es asegurar que la empresa tenga suficientes recursos financieros para cumplir con sus obligaciones y operaciones diarias de manera eficiente. En el entorno dinámico del ecosistema emprendedor, la gestión de tesorería emerge como piedra angular de las finanzas de cualquier startup.
Reducir gastos de manera eficiente, explorar estrategias para aumentar la eficiencia operativa y considerar nuevas fuentes de financiación son tareas clave en el funcionamiento diario de las startups. Son prácticas comunes para extender el ‘runway’, que en esencia representa el horizonte temporal durante el cual la empresa puede mantener sus operaciones con la liquidez actual. La gestión efectiva de la tesorería es la herramienta principal para ampliar este horizonte temporal.
La liquidez es a la empresa lo que la sangre al cuerpo humano y las startups no son la excepción. Por eso, la gestión de tesorería desempeña un papel tan importante en la planificación y gestión financiera. Estas son sus principales funciones:
Al hablar de gestión de tesorería es importante no confundirla con el ‘working capital’ o capital circulante. Ambos conceptos están relacionados con el ámbito financiero de la empresa, pero se centran en aspectos diferentes de la gestión financiera.
En común, tienen su vinculación a la liquidez y la capacidad de la empresa para cumplir con sus obligaciones financieras a corto plazo, ya que tanto la tesorería como el capital circulante buscan optimizar los recursos financieros.
Aunque los dos sean buenos termómetros para evaluar el estado de las finanzas del negocio, la gestión de tesorería se centra en la administración de los flujos de efectivo y la toma de decisiones operativas diarias, mientras que el ‘working capital’ es una métrica que abarca un contexto más amplio, puesto que evalúa la eficiencia en la gestión de los recursos circulantes de la empresa.
Además, la tesorería se enfoca en manejar los activos líquidos, como el efectivo, pero el ‘working capital’ tiene en cuenta tanto los activos como los pasivos, evaluando cómo la empresa utiliza sus activos para financiar operaciones y cubrir obligaciones.
Existen algunas recomendaciones para optimizar la gestión de tesorería y utilizar la liquidez a favor de los objetivos marcados:
Desde la previsión de efectivo hasta la toma de decisiones estratégicas sobre inversiones y financiación, cada aspecto de la gestión de tesorería contribuye a la salud financiera general de una startup. En última instancia, esta vía para gestionar la liquidez puede ser el as en la manga que ayude a sobrevivir en el mercado emprendedor.