La inteligencia artificial se encuentra en un dulce momento: se prevé que su mercado global alcance un valor de 900.000 millones de dólares de cara a 2026 y cada vez son más quienes apuestan por ella. Esta revolucionaria disciplina puede ayudar a empresas y emprendedores a automatizar sus procesos productivos y mejorar su eficiencia, pero para poder hacer un buen uso de ella es necesario tomar ciertas precauciones. Conocer sus riesgos y ventajas será clave de cara a aplicarla correctamente, como se desgranó en la reciente ‘Innovation Masterclass’.
«La inteligencia artificial (IA) está viviendo un momento único.[…] La IA generativa ha hecho que pasásemos de un potencial invierno a una primavera a la que no le vemos el fin«. Esta es una de las tajantes informaciones que Cristian Canton, Head of Engineering – Responsible AI de Meta, compartió en la última ‘Innovation Masterclass’ organizada por BBVA Spark. Bautizada como ‘AI For Business, la era del rendimiento y las posibilidades’, este evento, que reunió a más de 540 asistentes, puso el foco en una de las tecnologías más populares este año, sobre todo a raíz de ChatGPT: la inteligencia artificial.
Esta disciplina ha experimentado en la última década un salto cualitativo que ha acelerado su crecimiento y adopción a nivel mundial. Según el informe IDC Worldwide Semiannual Artificial Intelligence Tracker, de la consultora IDC, su mercado global alcanzará un valor de 900.000 millones de dólares de cara a 2026. Esta misma consultora apunta a que la inversión en sistemas centrados en Inteligencia artificial crecerá un 26,9% en 2023, hasta los 154.000 millones de dólares.
En este marco, Argentina logra posicionarse entre los diez países que más inversión privada destinan a esta tecnología, con cifras que superan los 1.500 millones de dólares. Estados Unidos, China y Reino Unido lideran esta clasificación, en la que también aparecen otros países europeos, como Alemania o Francia, y otras regiones del continente asiático como Corea del Sur, Israel o la India. En el caso concreto de España, el Gobierno presentó la Estrategia Nacional de Inteligencia artificial, una hoja de ruta para impulsar el desarrollo de esta tecnología dotada con 600 millones de euros para el periodo de 2021-2023. Este nuevo ecosistema refleja los cambios que ha vivido la IA en los últimos años y abre un nuevo escenario que empresas y startups pueden aprovechar para optimizar sus servicios.
«Hemos pasado de una tecnología que presentaba grandes retos prácticos a principios de los 2000 a una tecnología que está en todos sitios«, afirmó Canton en la sesión organizada por BBVA Spark. Este experto analizó dos puntos clave en el desarrollo de esta tecnología: la eclosión del ‘deep learning’ (aprendizaje profundo) con los avances de las redes neuronales en 2015-2016, que expandieron el uso de la Inteligencia artificial en la sociedad; y la reciente irrupción de la IA generativa, que emplea los algoritmos para generar nuevos contenidos, ya sea en texto, imagen, audio o vídeo.
Entre los nuevos modelos que esta nueva rama de la IA ofrece a la sociedad, hay dos verticales destacadas: los modelos generativos del lenguaje, como Chat-GPT de OpenAI o Llama2, de Microsoft y Meta, y los de creación, como Dall-E, de OpenAI, o I-JEPA, de Meta.
«Los modelos generativos del lenguaje, que son capaces de aprender utilizando grandes cantidades de datos y pueden imitar la conversación del ser humano en cualquier idioma, han aparecido en el último año y están cambiando la industria: son una revolución», destacó el experto de Meta. Y añadió en referencia a los algoritmos de creación: «Poder decir al ordenador qué quieres ver y que te puede crear algo que no ha existido, nos está llevando a un punto en el que podremos generar cosas nunca vistas».
Beneficios para las empresas
La clasificación de la información, las recomendaciones a los usuarios, la detección de anomalías o la predicción de distintas variables son algunas de las áreas de uso en las que las empresas pueden aplicar la Inteligencia artificial. «En cualquier parte del espectro corporativo hay una parte de IA«, apuntó Canton.
Este escenario ofrece múltiples oportunidades no solo para las grandes multinacionales, como Meta, sino también para la totalidad del ecosistema emprendedor. «Es un momento muy importante para aquellos que están invirtiendo y para aquellos que están creando startups», declaró el experto. Las cifras avalan su afirmación: solo en España, en 2023 se han invertido casi 30 millones de euros en startups enfocadas en esta tecnología, según datos de El Referente.
«El interés en la Inteligencia artificial está creciendo, aunque el mercado aún tiene que explotar», afirma Javier Orús, director y cofundador de PredictLand, una startup especializada en ‘big data’, inteligencia artificial y aplicación de datos para mejorar y optimizar los procesos de sus clientes. «Nuestros clientes tienen necesidades o problemas, como aumentar las ventas o la efectividad de las campañas del marketing, y les ayudamos a ser más eficientes», detalla Orús.
Para este emprendedor, una de las grandes ventajas que la Inteligencia artificial ofrece a las compañías es que es capaz de «aprender lo que han hecho otras personas anteriormente» y actuar de forma similar en otros casos. «Esto permite automatizar una gran cantidad de tareas en las que, hasta ahora, hacía falta una persona con conocimiento del negocio, lo que ahorra muchísimo tiempo», detalla.
Estas ventajas pueden, aplicarse a todas las empresas, independientemente de su sector o tamaño, así como a todas las áreas de negocio, «sobre todo con carácter predictivo para anticipar situaciones futuras» según este experto. «Gracias a estas herramientas, los trabajadores tienen más tiempo para aportar valor donde realmente tienen que aportar valor», resume.
Las posibilidades de la Inteligencia artificial son infinitas, pero las compañías también deben contemplar sus riesgos a la hora de adoptarla. «La Inteligencia artificial no tiene sentido común, por eso es importante aplicar el contexto humano a todas las decisiones importantes«, declara Idoia Salazar, presidenta y fundadora del Observatorio del Impacto Social y Ético de la Inteligencia artificial (OdiseIA), una organización creada para impulsar el uso ético de la IA.
Esta experta recalca que los riesgos de la Inteligencia artificial no derivan de la propia tecnología, que es una «herramienta», sino del uso que se haga de ella, ya sea «inconsciente» o «malicioso», lo que puede desembocar en sesgos. «Al final, entrenas al modelo con muchos datos. Si no te das cuentas y no quitas variables de sexo, raza, condición social u otra serie de cuestiones, la decisión que tome el modelo puede ser discriminatoria contra un determinado tipo de público», explica Salazar.
Los emprendedores que quieran comenzar a utilizar la inteligencia artificial, por tanto, «deben tener cuidado desde el diseño, durante el entrenamiento y una vez las pongan en servicio, en todo el proceso». Sin embargo, el uso responsable de esta tecnología no pasa solo por el ámbito corporativo, sino también por la población. «La IA es una herramienta que usan las empresas: si las personas no adquieren consciencia sobre esta cuestión, van a ser fácilmente manipulables«, explica Salazar.
En este marco, la Unión Europea está trabajando en una nueva legislación para regular el uso de la IA, que plantea que su uso sea más explicable y transparente e incluye multas para aquellas empresas que desarrollen sistemas maliciosos. «Estamos interactuando con una tecnología tremendamente negativa si se usa mal, por eso hay que regularla», declara Salazar.
La Inteligencia artificial puede ayudar a las empresas a mejorar su eficiencia y sus procesos, aunque para que esta tecnología pueda aportar auténticos beneficios a la sociedad es imprescindible que se haga un uso responsable de ella. «Hacer las cosas correctamente es imperativo», consideró Canton en la ‘Innovation Masterclass’. «Todas aquellas personas que juegan un papel en el desarrollo de la IA tienen que pensar en un uso responsable. De lo contrario, el futuro va a ser bastante complicado».