Contemplar la cuna de los gigantes tecnológicos en EE. UU., descubrir las megaurbes de innovación chinas, empaparse del prometedor ecosistema de Kenia o conectar con las comunidades locales de Colombia. Algunos lugares del globo sirven de inspiración para que los emprendedores con espíritu viajero impulsen su aventura empresarial.
«El auténtico viaje de descubrimiento […] no consiste en buscar nuevos paisajes, sino en tener otros ojos, ver el universo con los ojos de otro». Como apuntaba el escritor Marcel Proust, explorar territorios ajenos ayuda a asomarse a lo desconocido, descubrir otros puntos de vista y empatizar con más estilos de vida. En el caso de los emprendedores, conocer nuevas compañías, profesionales y clientes durante su travesía puede empujarlos a repensar su propio negocio.
Visitar algún ‘hub’ de innovación, emergente o consolidado, es un buen plan para aquellos emprendedores que quieran combinar la diversión con el aprendizaje en sus vacaciones. Antes de planificar la ruta, conviene revisar las restricciones de movilidad establecidas por la evolución de la pandemia y valorar qué destinos será más recomendable visitar más adelante.
Pasear frente al garaje que William Hewlett y David Packard convirtieron en el primer laboratorio de HP, visitar el campus de la Universidad de Stanford donde Larry Page y Sergey Brin pusieron los cimientos digitales de Google, admirar el gigantesco edificio circular que alberga la sede de Apple, recorrer la historia de la informática en el Computer History Museum… Medio siglo después de que Silicon Valley recibiera su nombre, la región es un lugar de visita imprescindible para los emprendedores: lidera el ‘ranking’ global de ecosistemas de ‘startups’ realizado por Startup Genome en 2020.
Otras regiones de EE.UU. también han ganado terreno. Un ejemplo es Texas, que acogerá las sedes de HP y Oracle, trasladadas desde la meca de la tecnología de California, además de la nueva gigafactoría de Tesla. Precisamente en la ciudad de San Antonio nació a finales de los 60 la compañía Computer Terminal Corporation, creadora de uno de los primeros ordenadores personales, el Datapoint 2200, que provocó que Intel desarrollara los primeros microprocesadores. Ya en los 80, en el denominado Silicon Prairie de Texas se vivió un bum de la informática personal, como plasmó en la pequeña pantalla la serie ‘Halt and Catch Fire’, basada en hechos reales.
Nueva York, Boston, Los Ángeles y Seattle también figuran en los diez primeros puestos del ‘ranking’ de Startup Genome. En esta última y futurista urbe se ubica la sede Amazon, con sus enormes esferas que sirven como oficina e invernadero, y, a pocos kilómetros, el campus de Microsoft en Redmond, actualmente en remodelación.
Otro polo de innovación menos conocido se sitúa en Canadá. Toronto, la segunda ciudad más grande del país, se ha convertido en un polo de atracción de talento tecnológico: en 2020, empleó a 270.000 trabajadores de ese perfil, un 42,8% más que en 2015, de acuerdo con un informe de CBRE. No es su único atractivo: contemplar las vistas desde la icónica CN Tower, de 553 metros de alto, visitar las colecciones de arte del Royal Ontario Museum o desplazarse hasta las imponentes cataratas del Niágara son otras actividades recomendables.
En el Viejo Continente, hay varias capitales que figuran entre los 20 primeros puestos de la clasificación de Startup Genome, como Londres, Berlín y Estocolmo. En la capital británica, además de conocer el Big Ben, la abadía de Westminster, el Palacio de Buckingham o el British Museum, es posible descubrir las ‘startups’ ‘edtech’ y ‘fintech’ que despuntan en su ecosistema, e incluso viajar al pasado de la informática visitando el cercano Bletchley Park, el complejo donde el matemático Alan Turing descifró los mensajes alemanes durante la Segunda Mundial.
Otra opción es conocer Berlín, un destino perfecto para ponerse al día de las últimas novedades en ‘fintech’ o inteligencia artificial sin descuidar visitas culturales al Museo de Pérgamo, recorrer los trazos de la Bauhaus o admirar el arte urbano de los restos del Muro de Berlín.
Descubrir las 14 islas que forman la ciudad verde de Estocolmo es otra alternativa atractiva. En la capital sueca, los viajeros pueden visitar el museo Vasa, donde se encuentran los restos de un buque de guerra del siglo XVII; el Palacio Real (Kungliga Slottet), antigua fortaleza; o el metro, cuyas estaciones son auténticas galerías de arte. Por supuesto, no hay que perder de vista las ‘startups’ ‘cleantech’ y de ciencias de la vida, dos de los sectores que destacan en su pujante ecosistema de innovación.
También merece la pena detenerse en un destino menos turístico y que no está incluido en la clasificación de Startup Genome: Estonia, el país europeo con el mayor número de ‘startups’ per cápita, según un reciente informe de Atomico. El Gobierno del Estado báltico, cuna de Skype, ha impulsado numerosas iniciativas para atraer a los emprendedores, como la residencia digital o el visado para nómadas digitales, y en su capital, Tallín, puede combinarse la visita a sus joyas medievales y a sus compañías tecnológicas.
Por último, los emprendedores que se dirijan hacia Asia, pueden visitar Israel, que destaca por sus startups de ciberseguridad y ya cuenta con 17 unicornios (compañías tecnológicas valoradas en más de 1.000 millones de dólares) según CB Insights. Visitar la cosmopolita Tel Aviv y la histórica Jerusalén son algunos planes adicionales para esa escapada.
Alejarse de la cultura occidental puede mejorar la experiencia del innovador. «Cuanto más distinto sea el sitio al que se viaja, mejor: el emprendedor se sorprenderá más y se dará cuenta de las limitaciones de su modelo de negocio», afirma el fundador y director de la consultoría estratégica en países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) Global Born, Tanguy Jacopin. «Silicon Valley es el pasado, hay que buscar nuevas formas de innovar en países emergentes», prosigue.
En China, el experto aconseja viajar ciudades como Hangzhou, al este, una ciudad que combina antiguos templos budistas con imponentes rascacielos y donde se encuentran las oficinas centrales de Alibaba, o Shenzhen, al sur, un pueblo de pescadores reconvertido en megaurbe en tan solo tres décadas que acoge titanes como Huawei o Tencent.
«Muchas empresas estadounidenses, japonesas o europeas han decidido irse de China y el atractivo de India va a aumentar», predice Jacopin. Bangalore, Bombay, Chennai, Hyderabad y Combaitore son las cinco ciudades que puede visitar el emprendedor en sus primeras excursiones al llamado país de los mil colores, que permite adentrarse en la cultura hindú y admirar una de las maravillas del mundo moderno, el Taj Mahal.
En 2020, se cerraron 359 rondas de financiación de ‘startups’ en África, una cifra que se ha incrementado en un 44% anualmente desde 2015, según un análisis de Partech Partners. «África está pasando de un modelo 2.0. al modelo 4.0. rápidamente», indica el director general de Global Born. La explosión demográfica que se prevé frente al envejecimiento de otros territorios también contribuye a hacer el continente atractivo para los negocios.
Por ello, Jacopin recomienda a los emprendedores visitar Marruecos, una puerta de entrada para expandir el negocio al continente; Sudáfrica, si desean conocer un ecosistema consolidado; o Kenia, «la innovación del mañana», donde «están utilizando nuevos modelos de negocio de bajo coste y que escalan rápido». El éxito de M-Pesa, una plataforma de pagos móviles, ha allanado el camino para que el país subsahariano se convierta en un centro de innovación fintech, además de ser un destino turístico renombrado por sus parajes naturales, con reservas y parques que permiten acercarse a la fauna de la sabana.
La vanguardista São Paulo, conocida como la Nueva York de Latinoamérica, es la única ciudad de la región incluida en el ‘ranking’ de los ecosistemas globales de Startup Genome. El CEO de la ‘startup’ de viajes Impulse Travel, Rodrigo Atuesta, aconseja completar la excursión en los ecosistemas de Ciudad de México, Medellín, Santiago de Chile o Buenos Aires.
Ganadora de la reciente competición de turismo sostenible organizada por la Organización Mundial del Turismo, el ‘hub’ de innovación Wakalua y entidades como BBVA, Impulse Travel organiza experiencias para que la historia del país andino se cuente «desde la perspectiva de la resiliencia y la creatividad, en vez desde el dolor y la pérdida», describe Atuesta.
Este emprendedor considera que acercarse a las pequeñas comunidades, como las de Moravia, un vecindario de Medellín que ha pasado de ser un basurero a un vibrante barrio verde, son un ejemplo para cualquier innovador.
Los emprendedores pueden buscar inspiración en muchos otros rincones del planeta e incluso llevar su empresa en la mochila de un sitio a otro. Ese es el estilo de vida de los nómadas digitales. El fotógrafo español Kike Arnaiz es uno de ellos: comenzó a viajar hace un lustro «como algo temporal», pero las experiencias que ha vivido en más de 60 países, con Tanzania como próximo destino, le han hecho continuar.
Las webs de fotografías de ‘stock’ son su principal fuente de ingresos, además de su canal de YouTube o sus cursos de fotografía. A los emprendedores que quieran seguir sus pasos, les sugiere formarse en ‘marketing’ digital, empezar por países de renta per cápita baja y «moverse despacio» para ahorrar hasta que su proyecto crezca.
«Estar en constante movimiento hace que la mente se adapte a los cambios y eso es fundamental para cualquier negocio. Conocer gente nueva y estilos de vida alternativos te da infinitas ideas», anima Arnaiz. Ya sea para seguir la senda del nomadismo digital o simplemente para buscar un próximo destino vacacional, cualquier emprendedor puede potenciar su creatividad y marcar su nuevo rumbo empresarial descubriendo otros lugares. En definitiva, viajar a otros paisajes para ver la innovación con otros ojos.