El sector ‘fintech’ está creando nuevas soluciones gracias a la tecnología para que inversores pequeños puedan invertir en sus productos favoritos; también, en los más sostenibles. Todo ello incluso sin moverse de su propio banco.
El efecto del coronavirus ha dejado huella en los patrones de consumo de la ‘nueva normalidad’. El consumidor ha cambiado alguno de sus hábitos y busca comodidades de cara a un futuro cambiante e inseguro: el 23% de los españoles cree que su vida nunca volverá a ser como antes, apunta el último estudio de Cigna, ‘COVID-19 Global Impact’.
La preocupación por el ahorro también se ha disparado. Según el Instituto BBVA de Pensiones, seis de cada diez personas afirma haber ahorrado durante la etapa de confinamiento. En esta línea, una investigación publicada por la ‘fintech’ alemana Deposit Solutions muestra que el 80% del dinero de los clientes españoles se mantiene en cuentas corrientes. En este contexto, muchas ‘startups’ han detectado nuevas oportunidades para ayudar a los usuarios a aumentar sus ahorros y a obtener más rentabilidad de su dinero a través de las inversiones. Algunas de las claves en las que se apoyan para ello son guiar a los principiantes y dar soporte también a los más expertos.
El escritor y pensador norteamericano Arnold H. Glasow tenía su propia fórmula para triunfar y decía que era muy simple: “Haz lo correcto, de la manera correcta y en el momento adecuado”.
Durante los últimos años se está viviendo una época repleta de oportunidades para las ‘fintech’. Los clientes cada vez demandan más personalización y buscan asesoramiento para saber hacia dónde dirigir sus ahorros. Tanto los bancos más digitales como BBVA, como algunas empresas emergentes del sector ‘fintech’, ofrecen cada vez opciones más flexibles para hacer esto posible. MiCappital –‘startup’ que participó en la edición de 2020 del programa de aceleración de BBVA Open Innovation, se alojó en el Open Space y fue entrevistada en el InnovaHome Festival–, se propone como una de las opciones para “ahorrar e invertir sin mover el dinero del banco”, según explica Miguel Camiña, CEO y cofundador.
Esta ‘fintech’ colabora en la democratización del acceso a la inversión y ofrece un servicio completamente a medida: “Depende de la edad del cliente, el nivel de riesgo o el plazo de inversión”, puntualiza Camiña. La ‘startup’ utiliza tecnología basada en ‘chatbots’ para interactuar con los clientes e incorpora algoritmos que recorren todos los productos disponibles de los principales bancos para garantizar una estrategia de inversión personalizada. “Buscamos la mayor rentabilidad con el menor riesgo posible, y solo cobramos si hacemos ganar al cliente”, añade.
Lo que empezó siendo un servicio digital para un público milenial se está convirtiendo en una guía de cabecera para un público más amplio interesado en los productos financieros. “Hay gente que sí sabe de finanzas, pero no tiene tiempo. Luego hay otros a los que ayudas desde cero. También hay quienes prefieren gestionar ellos una parte y delegar otra en nosotros”, finaliza.
Como el famoso dicho de “compartir es vivir”, la colaboración es el primer paso hacia un futuro seguro. Eso lo sabe muy bien Flipsimply, ‘startup’ participante en el programa de aceleración de BBVA. Esta plataforma de ‘crowdfunding’ de recompensas ayuda a las marcas a fabricar nuevos productos gracias a pequeñas inversiones colaborativas por parte de los usuarios. De esta forma, cuando logran lanzarlos al mercado y venderlos, la plataforma devuelve el dinero a los usuarios que han contribuido a su creación con un extra de rentabilidad.
“Como inversor, te registras y creas una cuenta bancaria virtual. Introduces el saldo y después eliges el producto en que quieres invertir. Nosotros te devolvemos el dinero más intereses cuando el autor del proyecto lo vende”, apunta uno de los socios fundadores, Gregorio López.
La compañía ofrece a sus usuarios una información muy detallada sobre los productos en los que pueden invertir y, según la compañía, los que más interés despiertan son los ‘gadgets’ tecnológicos y los productos alimentarios. Para López, las personas son el valor diferencial de cada operación: “Buscamos proyectos innovadores, disruptivos y que tengan una comunidad detrás que te apoye y te conozca”. De esta forma, por un lado, las marcas consiguen financiación directamente a través de sus propios clientes y de su ecosistema actual, lo que puede ayudar a que ellos mismos difundan las bondades del producto. “Un cliente satisfecho es tu mejor comercial”, puntualiza.
La apuesta por activos con impacto social es un criterio de creciente importancia tanto para hacer compras como cada vez más para buscar opciones de inversión. Eso es lo que cree Nacho Bautista, CEO y cofundador de Fundeen, la ‘fintech’ que “permite a particulares invertir en proyectos de energía renovable” bajo el lema de “Rentabilidad sostenible, sostenibilidad rentable”.
Esta plataforma de financiación participativa espera que los inversores consigan, al menos, un 7% de rentabilidad y puedan también monitorizar la inversión y la facturación de los proyectos en los que han invertido. Para ello, Fundeen, que participó en el Open Summit Madrid de 2019 y en el programa de aceleración de BBVA, suele hacer tres tipos de análisis: “El financiero, para mirar los números del proyecto y su rentabilidad; el técnico, para evaluar los equipos que se van a instalar y las garantías de los fabricantes; y el legal, para estructurar toda la operación a escala jurídica”, resume Bautista.
Conscientes de la sensibilización por parte de los ciudadanos, Bautista piensa que Fundeen puede actuar como palanca hacia una forma de invertir mucho más sostenible y apoyar el cambio estructural de los modelos energéticos actuales: “Herramientas como la nuestra ayudan a poner al ciudadano un poco más en el centro y a fomentar que se empiece a entender que el autoconsumo es posible”. BBVA Open Innovation comparte estos objetivos e impulsa así nuevas propuestas de mano de las ‘fintech’ más innovadoras.