Beneficios fiscales para emprendedores, inversores y profesionales, agilización de trámites y fomento de entornos de prueba para innovar son algunas medidas recogidas en el proyecto de ley aprobado por el Gobierno. Tras la mejora del borrador inicial, la norma atiende las principales demandas del ecosistema de ‘startups’. Esto es todo lo que debes saber para sacarle partido.
Los fundadores de una ‘startup’ afrontan varios desafíos para transformar su idea en un proyecto viable: sembrar la semilla de lo que quieren crear, nutrirla con financiación y talento y cuidarla para que tenga hueco en un mercado cada vez más saturado. Aunque el ecosistema innovador español sea cada vez más maduro —en 2021 se invirtieron más de 4.000 millones de euros en ‘startups’, la mayor cifra registrada según El Referente—, también demanda un apoyo extra.
Para dar ese respaldo, el Consejo de Ministros español aprobó en diciembre el Proyecto de Ley de fomento del ecosistema de las empresas emergentes, enmarcado en la Estrategia España Nación Emprendedora. “Se reconoce por primera vez la singularidad de las ‘startups’, además de su importancia para la economía, y se incorporan medidas para facilitar su creación y crecimiento”, resume Carlos Mateo, presidente de la Asociación Española de Startups, que lleva un lustro trabajando en la aprobación de la conocida como ley de ‘startups’.
La norma también beneficiará a las empresas que apuesten por la innovación abierta. “Cualquier iniciativa que contribuya a incrementar la inversión en ‘startups’, les conceda beneficios y atraiga talento internacional fortalece el ecosistema y hace que las grandes corporaciones tengamos más oportunidades de innovar”, aseguran desde BBVA Open Innovation.
Si eres un emprendedor, te interesará saber en qué aspectos concretos la norma contribuirá a que tu proyecto prospere. Para ponértelo fácil y que puedas sacarle provecho en cuanto se apruebe, radiografiamos las claves de la futura ley en cinco preguntas y respuestas con ayuda de expertos.
En primer lugar, será necesario que tu compañía cumpla los requisitos marcados por el proyecto de ley: se orienta a empresas innovadoras, con menos de cinco años de vida (siete en el caso de sectores como biotecnología, industria y energía), que no coticen en mercados regulados, no hayan distribuido dividendos y no superen una facturación anual de cinco millones de euros.
Los socios fundadores pueden acogerse hasta tres veces a la ley, una novedad respecto al anteproyecto publicado anteriormente. “Es un cambio significativo y veremos si es suficiente, porque una parte del ecosistema está impulsado por emprendedores en serie y restringir su participación implica limitar su potencial crecimiento”, valora Miquel Martí, CEO de Tech Barcelona, asociación que impulsa la innovación en la ciudad. De esta forma, aquellos emprendedores que no logren triunfar con su primera ‘startup’, un desenlace habitual cuando se emprende un proyecto innovador, tendrán la oportunidad de iniciar otras dos aventuras empresariales con las mismas facilidades.
Si cumples los anteriores requisitos, la norma establece que podrás acudir a la empresa pública ENISA, que se encargará de acreditarlos. Martí enfatiza que la agilidad de ese procedimiento será fundamental para que las ‘startups’ logren beneficiarse de esta ley.
La norma establece un paquete de medidas a las que puedes sacar partido desde el momento de creación de la empresa.
Contar con un equipo de profesionales cualificados y con habilidades digitales es fundamental para que tu proyecto llegue a buen puerto, pero la escasez de talento es uno de los retos para lograrlo. El proyecto incluye algunas propuestas para atraer trabajadores nacionales e internacionales:
La norma contempla un marco más favorable para la captación de fondos, algo que favorecerá que tu ‘startup’ se riegue con la financiación necesaria para crecer. Por un lado, se conceden más facilidades para inversores no residentes, al eliminarse el requisito de obtener el NIE (número de identidad de extranjero) para agilizar la inversión.
Por otro, se fijan deducciones fiscales. Una de ellas es el aumento de la base máxima de deducción por inversión en ‘startups’ de 60.000 a 100.000 euros. Esto “impulsará que los inversores aumenten el capital que están dispuestos a invertir en un año”, según Daniela Leal de EJASO. Además, se establece un régimen de tributación favorable para el ‘carried interest’ (la comisión de éxito, una retribución que reciben los gestores de fondos de capital riesgo por su buen hacer).
“Esperamos que la ley dé un impulso definitivo a nuestro sector. No solo queremos equipararnos a países de nuestro entorno, sino liderar la regulación de las ‘startups’”, defiende el presidente de la Asociación Española de Startups, Carlos Mateo. “Aumentará la creación de empresas y fomentará un clima favorable a la digitalización y la innovación”, añade Leal. Ahora bien, los expertos consultados se muestran prudentes a la hora de valorar su impacto de forma más concreta, a la espera del texto final: la tramitación parlamentaria acaba de comenzar y el Gobierno espera la aprobación de la ley a mediados de 2022.
Además, aunque alaban las modificaciones respecto al borrador inicial, mencionan algunos puntos de mejora, como la eliminación de las cuotas a la Seguridad Social cuando la ‘startup’ acaba de crearse, el aumento del límite de facturación para ser reconocida como tal o la aprobación de medidas específicas para ‘scaleups’ con una trayectoria probada de crecimiento. En cualquier caso, el proyecto de ley supone un paso más en el camino hacia una regulación adaptada a las necesidades de las ‘startups’, que proporcionará un nutriente adicional para que den frutos.
Otros nutrientes o apoyos con los que ya puedes contar son vías como la innovación abierta. Por ejemplo, BBVA ofrece el Fast Track dentro de su programa de Open Innovation, un proceso ágil de colaboración entre el banco y los proyectos ‘fintech’. En este nuevo año, la suma de actores —emprendedores, inversores, profesionales, grandes empresas y administraciones públicas— propulsará aún más el ecosistema.