Los emprendedores y las pequeñas y medianas empresas, que conforman la mayoría del tejido empresarial mundial, no estaban preparados para una situación como la derivada del coronavirus. La falta de digitalización ha puesto en riesgo sus negocios, pero han reaccionado respondiendo a las necesidades de los clientes y subiéndose a los nuevos modelos digitales.
En ocasiones puede ser complicado interpretar datos y contextualizar estadísticas, pero hay cifras cuya rotundidad no deja lugar a dudas: en España, el 99,9% de las compañías son pequeñas y medianas empresas y crean el 74% del empleo del país, según los últimos datos de septiembre de 2020 del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. A escala global, los números son semejantes: estos negocios representan más del 90% del total de empresas, generan entre el 60% y el 70% del empleo y son responsables del 50% del producto interior bruto mundial, afirma el International Council for Small Business.
Las pymes representan el gran motor de la economía, pero a la vez son el eslabón más débil del ecosistema empresarial: no tienen un gran músculo económico ni infraestructura para responder a golpes imprevistos, como el coronavirus.
“Durante la pandemia se han tenido que enfrentar a meses de cierre, donde muchas han pasado de un día a otro a no generar ingresos”, indica Alberto Cano, director de pymes en BBVA España. En una encuesta realizada el pasado mayo por la CEPYME, el 63% de las pymes españolas reconocía que la crisis del coronavirus estaba afectando muy negativamente a su negocio. Para entender cómo las pequeñas y medianas empresas están reaccionando, BBVA Open Innovation organizó dos Open Talks, uno de ámbito nacional, y otro a escala global. Analizamos el escenario presente y futuro con los expertos de BBVA que participaron.
“En el momento en que comenzó el COVID-19, muchas de ellas no estaban preparadas. El grado de digitalización de las pymes no era óptimo y en su mayoría no estaban listas; dependía de la tipología de negocio y del sector, explica Montserrat Hidalgo, responsable de pymes en Factoría de Transformación Digital de empresas en BBVA. Hidalgo subraya que, “según CEPYME, solo el 14% de las empresas tenían un plan de transformación digital antes de la crisis”.
Ante esta situación, “muchas pymes y autónomos se dieron cuenta de que no habían hecho los deberes: tenían que darse a conocer en canales que no fueran solo físicos, establecer otros medios de comunicación y venta que no requieran presencia física”, explicó durante el evento Javier Urizar, director de medios de pago en comercios de BBVA España y Portugal. El porcentaje era irrisorio: solo el 6,5% de las pymes españolas permitía realizar compras a través de su página web, según datos de BeeDIGITAL.
“Se han visto obligadas a reaccionar y a adaptar su modelo de negocio y su modelo de relación con sus clientes a las nuevas circunstancias”, afirma Hidalgo. En esa reacción, “cada pyme tuvo que transformarse lo más rápido posible, algunas empresas lo han hecho en tiempo record ya que partían de una posición mejor y otras han dado los primeros pasos vendiendo a distancia, indica Cano.
En general, los expertos de BBVA coinciden en que las pymes “se han dado cuenta de que la digitalización puede ayudar a incrementar los ingresos del negocio y a reducir los costes. Ahora estamos ante un modelo híbrido que entraña un cambio de filosofía en el negocio, y llevarlo a cabo llevará tiempo y esfuerzo”, señala Hidalgo.
Como corporación con foco en innovación abierta, ‘startups’ y pequeñas empresas, BBVA tenía claro que “tenía que ser parte de la solución de manera inmediata”, indicó durante el evento Joan Carles Alba, director del segmento pymes en Cataluña. Por eso, “activamos un protocolo de ayudas específico para apoyar a pymes y autónomos, con una línea de liquidez inmediata de 25.000 millones de euros y ayudamos a reforzar las capacidades digitales y de gestión remota”, detalló.
“Desde BBVA hemos ayudado a las pymes a buscar nuevos canales de venta, más allá de un ‘e-commerce‘. Hemos ofrecido programas formativos para enseñarles a vender a distancia con soluciones prácticas y sencillas; por ejemplo, utilizando las redes sociales, y hemos realizado formaciones sobre ‘marketing’ digital”, analizó Urizar. El objetivo era que empresas sin infraestructura o sin página web pudieran proveer de servicios a distancia lo antes posible para poder garantizar unos ingresos mínimos durante esos meses de cierre.
Desde México, BBVA trabaja con más de medio millón de pymes, columna vertebral del país, y ha apoyado especialmente con su proyecto bandera Banco de Barrio. Se trata de “una nueva estrategia para que las sucursales de la red comercial se vuelvan cada vez más relevantes para las pymes que viven en su ecosistema, y les ayuden a tener soluciones financieras ‘ad hoc’, personalizadas y cercanas a sus necesidades”, explicó Enrique Fernández, director de Relationship Models de BBVA México.
Al norte del continente, Luis Gascó, director de Segmento y Producto de Pymes en BBVA USA, relató cómo BBVA ha ayudado con la iniciativa Paycheck Protection Program a que los equipos pudieran seguir trabajando en las condiciones extremas pospandemia, acompañándoles en el proceso de conseguir créditos de financiación del Estado. “Este programa ha dejado un beneficio para el banco, pero la motivación 100% de los equipos que se movilizaron era saber que estaban ayudando a las pymes y a la gente a conservar sus empleos”, explicó Gascó.
Dentro del mundo de las pequeñas empresas, emprender si eres mujer y reaccionar a situaciones como la actual tiene casuísticas particulares. Por eso, Selin Oz, SME Banking Entrepreneurship Banking Manager en Garanti BBVA desde Turquía, explicó durante el evento el “enfoque único” del banco para apoyar a mujeres emprendedoras: “Las mujeres emprendedoras necesitan apoyo financiero, pero también ayuda en otros aspectos como formación y conocimiento de los mercados”, añadió la experta. El banco trabaja así en cuatro pilares: productos financieros, apoyo y motivación, educación y nuevos mercados.
Ya embarcados en la nueva normalidad, cabe preguntarse si en algún momento la situación se revertirá o si la digitalización continuará avanzando. Los expertos coinciden en que todos los aprendizajes son válidos y en que hay que afianzar los cambios, especialmente de cara al usuario.
“Los cambios en el comportamiento del consumidor no van a desaprenderse. El que ya ha probado la experiencia de pagar con el móvil y conseguir una cita ‘online’ sin necesidad de desplazarse no va a ir hacia atrás, va a demandar lo que ya ha probado”, sostiene Cano.
La situación también ha acelerado la velocidad de la digitalización en aspectos concretos. “El mundo del ‘e-commerce’ ha avanzado tres o cuatro años de un plumazo, las inquietudes e iniciativas que se han despertado han dado el espaldarazo definitivo”, afirmó Urizar. Para seguir ese ritmo, las pymes deberán seguir apostando por la innovación.