Mediante el uso de la tecnología ‘blockchain’ y de los ‘smart contracts’, las finanzas descentralizadas o DeFi permiten realizar operaciones sin necesidad de intermediarios. Con ayuda de expertos, recorremos los beneficios de este nuevo modelo, como la inclusión financiera y la creación de nuevos productos financieros, y los desafíos en su desarrollo.
En el año 2014, el programador Vitalik Buterin publicó un documento técnico de Ethereum donde contemplaba las condiciones y aplicaciones programables basadas en ‘blockchain’, conocidos como contratos inteligentes o ‘smart contracts’. Pocos lo imaginaban entonces, pero el cofundador de esta ‘blockchain’, base de la criptomoneda Ether, abrió un horizonte sin explorar en el mercado financiero: las DeFi (del inglés Descentralized Finance, finanzas descentralizadas).
«DeFi significa ofrecer servicios financieros sin necesidad de que exista un intermediario. Este es el cambio de paradigma», resume Francisco Maroto, líder de la disciplina Blockchain & Digital Assets de BBVA. Hasta ahora, en el modelo tradicional o centralizado existen intermediarios como bancos y bolsas de valores en cualquier transacción entre dos partes. En las finanzas descentralizadas, esa posición intermedia se sustituye por un ‘smart contract‘ o contrato inteligente sobre ‘blockchain’: permite a los usuarios y las personas que reciben el dinero negociar la transacción de manera directa y segura, ya que queda registrada en la cadena de bloques. En este entorno, además, el dinero se encuentra en formato ‘token‘, una unidad de valor basada en criptografía, en lugar de con las unidades monetarias tradicionales.
Para entender en qué consiste este modelo financiero descentralizado completo y cómo funciona, Luz Parrondo, profesora de Contabilidad y Finanzas en la Universidad Pompeu Fabra, recurre a un ejemplo.
«Imagina que un equipo instala en una ciudad diferentes máquinas de ‘vending’ vacías a disposición de los usuarios, que quieren intercambiar liquidez. Una persona con exceso de liquidez va a ‘colocar’ dentro su exceso de liquidez en formato cripto y se llevará un ‘token’ que determina que es el propietario. Más tarde, otra persona que pasa por allí toma ese dinero bajo las condiciones fijadas en el ‘smart contract’. ¿Y el propietario de la máquina? Tan solo se ocupa del mantenimiento de las máquinas y deja que el usuario dirija, gobierne y se beneficie del proceso».
«DeFi significa ofrecer servicios financieros sin necesidad de que exista un intermediario»
Ante la aparición de esta alternativa, entidades bancarias como BBVA y organismos como el Foro Económico Mundial, que lanzó un kit de herramientas para responsables de políticas de finanzas descentralizadas, analizan en detalle la evolución de este modelo, que ha protagonizado un gran crecimiento. Casi cinco millones de usuarios han realizado una transacción a través de DeFi, según la plataforma de datos Dune Analytics. Además, el valor total bloqueado de DeFi, una forma estándar de medir la cotización de las criptomonedas en proyectos de finanzas descentralizadas es de unos 49.000 millones de dólares, tal y como refleja la web DefiLlama.
Las finanzas descentralizadas abren la puerta a que las entidades bancarias diseñen nuevos productos y pueden impulsar la inclusión financiera. Por ejemplo, la creación de un ‘wallet’ (cartera) de ‘tokens’ abre la posibilidad de bancarizar a los usuarios de una manera fácil y sencilla o favorecer la inversión en zonas que, por su regulación o normativa, no sean polos atractivos. Según indica Pilar Troncoso, vicepresidenta de OARO, un proveedor global de soluciones ‘blockchain’ desde 2017, en el mercado DeFi «los usuarios son los dueños y custodios de su propio dinero», una transformación que desemboca en la democratización de las finanzas y promete avanzar hacia unos servicios más y ágiles.
Una de las primeras cuestiones que se plantean al hablar de DeFi es el rol que juegan las entidades bancarias tradicionales y cómo se pueden adaptar a este cambio de paradigma. Alberto G. Toribio, CTO en Crypto Plaza, un ‘hub’ de economía cripto, lo tiene claro: la innovación abierta es clave. El experto sostiene que «crear programas de aceleración para trabajar junto a ‘startups’ o invertir en ellas ha funcionado en el pasado y es una de las mejores formas para integrar esta innovación». En la misma dirección apunta Pilar Troncoso, de OARO, quien añade que las DeFi «son una realidad a la que las entidades tienen que adaptarse a través de la unión al mundo abierto y descentralizado».
De la misma forma, la profesora de la Pompeu Fabra, Luz Parrondo, apuesta por la convivencia: «No es necesario que todo el mundo esté descentralizado, ni eliminar la centralización. Los bancos cubren diferentes necesidades y son entidades que aportan una seguridad y un respaldo que las entidades pequeñas basadas en cripto o descentralizadas no alcanzarán”. De hecho, esta profesora asegura que “los bancos son los que están implementando la tecnología ‘blockchain’ de manera más avanzada». Una muestra de ello es que, desde 2021, BBVA ha incorporado los criptoactivos en la oferta de su filial de Suiza.
Francisco Maroto, de BBVA, también cree en la combinación del sector de las finanzas descentralizadas y el de las finanzas tradicionales como fuente de crecimiento de este mercado. «Los operadores del mercado y creadores de protocolos DeFi son conscientes que deben atraer al mundo institucional al mundo de las finanzas descentralizadas, pero para ello, hace falta formación: saber cómo funciona esta tecnología, los riesgos que existen y la regulación”, detalla. A su juicio, las propias entidades se podrían adaptar a este nuevo mercado colocándose en un lado de la transacción a través de DeFi, como proveedor de liquidez o usuario.
El ámbito de las criptodivisas se ha visto envuelto en profundos debates sobre su regulación y la alta volatilidad de las criptomonedas ha tenido consecuencias como el colapso reciente de la divisa Luna, que arrastró a otras. Alberto G. Toribio, de Crypto Plaza, apunta que «las finanzas descentralizadas son un tipo de servicio financiero que, al prestarse a través de internet, está expuesto, pero que tienen una serie de fortalezas que las hacen resilientes a los problemas que surgen en el ámbito cripto». Según explica Maroto, de BBVA, las DeFi han demostrado que funcionan en situaciones de crisis o de incertidumbre, ya que los protocolos ‘blockchain’ siguen funcionando.
«Las DeFi son una alternativa que se puede considerar, pero valorando que la tecnología y el conocimiento que se posee es suficiente»
Maroto precisa que «se trata de un entorno complejo y que implica mucho riesgo». Por eso, el director de Blockchain & Digital Assets en la entidad apunta que tanto para pymes como usuarios no bancarizados las finanzas descentralizadas «son una alternativa a considerar, pero valorando si la tecnología y el conocimiento que poseen es suficiente para operar en ese entorno».
Toda innovación trae consigo importantes incógnitas y retos, pero los expertos coinciden en que las finanzas descentralizadas suponen una transformación que continuará evolucionando y dando sus frutos gracias a la colaboración entre diversos actores de diferentes tamaños y con diferentes roles. Desde que Buterin cofundó Ethereum, ‘blockchain’ ha abierto un universo de posibilidades hacia un nuevo paradigma financiero con oportunidades por explorar. Las DeFi son una muestra de ello.