Cada persona desecha 121 kilogramos de alimentos al año de media a nivel global. Con retos de los que no se puede apartar la mirada, entre ellos el hambre y el cambio climático, reducir esa cantidad es vital. Tecnologías como inteligencia artificial (IA) o ‘blockchain’ y ‘startups’ dedicadas a redistribuir o reutilizar alimentos son ingredientes esenciales para avanzar hacia sistemas alimentarios más eficientes, resilientes y sostenibles.
El desperdicio alimentario es el descarte de comida apta para el consumo, cuando ya ha pasado las fases de producción y elaboración.
La planificación mejorable de las compras, la confusión sobre las fechas de caducidad y de consumo preferente y el almacenamiento inadecuado provocan que se tire comida en las casas.
La distribución del desperdicio alimentario
La cantidad de alimentos que se desechan no está relacionada con la riqueza de un país.
País que más alimentos desperdicia
Otros países que descartan muchos alimentos
La Agenda 2030 de Naciones Unidas pretende reducir a la mitad el desperdicio de alimentos en la venta al por menor y el consumo final, además de disminuir las pérdidas en las cadenas de producción y suministro.
La aplicación de nuevas tecnologías hace más eficiente la cadena alimentaria.
Samsung. Sus frigoríficos inteligentes permiten visualizar la comida, planificar recetas, recibir avisos sobre fechas de caducidad y comunicarse con otros dispositivos.
Winnow Solutions. Plataforma destinada a restaurantes que utiliza visión artificial para identificar los alimentos que se desechan y mejorar las compras.
IBM Food Trust. Sistema basado en la cadena de bloques que proporciona información sobre la ubicación de los alimentos a todos los actores.
Plant on Demand. Solución SaaS (‘software’ como servicio) que ofrece herramientas para la venta directa a los productores agrícolas y cooperativas.
La transición de la economía lineal de los alimentos a una economía circular.
Economía lineal: Producción – Consumo – Desecho
De la producción a la mesa y a otras posibles vidas
La innovación y el emprendimiento contribuyen, junto a las medidas personales, corporativas y gubernamentales, a que la comida sobrante no acabe en el cubo de la basura. Los menús del futuro deben aprovecharse por completo para avanzar hacia una alimentación sostenible y al alcance de todos.